En general, los fumadores tienen 20 veces más probabilidad de morir a consecuencia de un cáncer de pulmón, y 3 veces más probabilidades de morir por enfermedades vasculares, relacionadas con ataques del corazón, accidentes cerebro vasculares y otras enfermedades más bien propias de los vasos sanguíneos, tanto venas como arterias, si son comparados con personas no fumadoras.
En los países del llamado primer mundo, la mayor parte de las muertes asociadas al consumo de tabaco se deben a enfermedades cardíacas, concretamente a cardiopatías isquémicas, es decir, el colapso y consecuente impedimento a que pase la sangre por los pequeños vasos sanguíneos que nutren y oxigenan el corazón.
El tabaco es la primera causa a nivel mundial de enfisema, una enfermedad del pulmón en la cual este pierde su capacidad elástica, y queda convertido se podría decir en una especie de caja rígida que no permite el intercambio gaseoso.
De igual forma, el tabaco es la causa principal de las bronquitis crónicas, y se lo suele asociar a cánceres en diferentes órganos como son:
- el estómago,
- el páncreas,
- la laringe,
- el riñón,
- la vejiga,
- la boca,
- etc.
Muchos fumadores tienen la falsa creencia de que el fumar estos cigarrillos se corre menos peligro, sin embargo, se ha demostrado que el riesgo de morir prematuramente por el consumo de tabaco no tiene gran diferencia entre los fumadores de cigarrillos “regulares” o los “suaves”, también llamados cigarrillos "light".
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